
(Información remitida por la empresa firmante)
Madrid, 14 de marzo de 2025.- La música cristiana ha crecido exponencialmente en los últimos años, llenando estadios y acumulando millones de reproducciones en plataformas digitales. En Latinoamérica, uno de los principales responsables de este auge es Matías de Gyldenfeldt, fundador y director de MDG Music Group, una de las productoras más influyentes del sector. Desde la organización de conciertos históricos hasta la expansión de su sello discográfico en Estados Unidos, Matías ha sido clave en la profesionalización de la industria cristiana.
En esta entrevista, habla sobre su trayectoria, el impacto de la música cristiana y el futuro del género.
Has sido pionero en la música cristiana en Latinoamérica. ¿Cómo nació MDG Music Group?
Desde muy joven me di cuenta de que la música cristiana tenía un potencial enorme, pero en Argentina y muchos otros países de Latinoamérica faltaban estructuras profesionales para que los artistas pudieran crecer. Empecé organizando conciertos en iglesias y pequeños auditorios, hasta que en 2016 fundé MDG Music Group con la visión de llevar la música cristiana a otro nivel.
Arrancamos con la producción de eventos y giras, pero con el tiempo evolucionamos hacia un modelo más completo, donde además de organizar conciertos, también representamos artistas, distribuimos su música y gestionamos sus derechos. Hoy, MDG Music Group es mucho más que una productora: somos un sello discográfico, una editorial musical y una plataforma de crecimiento para la música cristiana.
Has trabajado con artistas de renombre. ¿Cuáles han sido los hitos más importantes en tu carrera?
Uno de los momentos más emocionantes fue en el año 2016 cuando logramos llenar 4 estadios Estadio Luna Park en Buenos Aires con artistas cristianos como Christine D’Clario, Alex Campos, Tercer Cielo y Miel San Marcos. En ese momento, nos dimos cuenta de que la música cristiana tenía un público fiel y masivo. Luego logramos otros 4 Luna Park a sala llena.
Otro gran hito fue en 2022, cuando produjimos el concierto de Barak en Tecnópolis, de Buenos Aires. Fue un evento histórico, con miles de personas y un impacto impresionante. También tuvimos la oportunidad de traer a Skillet por primera vez a Argentina, algo impensado en aquel entonces.
Hoy, en el ámbito digital, hemos alcanzado más de 300 millones de vistas en YouTube y 9 millones de reproducciones en Spotify en un solo año. Estas cifras reflejan cómo la música cristiana ha trascendido las fronteras de la iglesia y ha llegado a una audiencia global.
¿Cuál es el estado actual de la música cristiana en Latinoamérica?
La música cristiana está viviendo su mejor momento. Antes, muchos artistas cristianos tenían que depender exclusivamente de la iglesia para compartir su música. Hoy, gracias a las plataformas digitales, pueden llegar a millones de personas en todo el mundo sin necesidad de intermediarios.
Además, hemos visto un crecimiento impresionante en eventos masivos. Antes, era difícil pensar en un concierto cristiano en un estadio o un teatro de renombre. Hoy, no solo es posible, sino que en algunos casos, agotamos entradas en tiempo récord.
También hay una apertura en la industria. Hace unos años, hablar de música cristiana en grandes disqueras o medios de comunicación era casi imposible. Hoy, muchas compañías globales están interesadas en este mercado.
¿Cómo crees que la música cristiana puede seguir creciendo?
La clave está en profesionalizar el sector. Siempre digo que la excelencia debe ser nuestra carta de presentación. Un artista cristiano no solo debe enfocarse en su mensaje, sino también en la calidad de su producción, su estrategia digital y su equipo de trabajo.
En MDG Music Group, trabajamos con un modelo integral. No solo distribuimos música, sino que también brindamos herramientas para que los artistas crezcan de manera sostenible. Hemos firmado alianzas con diferentes organizaciones para que nuestros artistas tengan mayor alcance internacional..
Si queremos que la música cristiana siga creciendo, debemos adoptar estrategias innovadoras, invertir en producción de calidad y generar contenido que impacte tanto a creyentes como a aquellos que están buscando un mensaje de esperanza.
Tu empresa ha crecido mucho en los últimos años. ¿Cuáles son los próximos pasos de MDG Music Group?
Nuestra meta es seguir expandiéndonos y desarrollar nuevos talentos en Latinoamérica, el Caribe y Estados Unidos. Queremos conectar más artistas con públicos internacionales y fomentar colaboraciones entre cantantes de diferentes países.
También estamos invirtiendo en eventos de gran escala, como el que estamos organizando en República Dominicana para el mes de Junio con nuestra artista Chanel Novas en el Sambil. También en el mes de julio tendremos a Alex Zurdo en Buenos Aires, Argentina.*
Otro de nuestros objetivos es educar y formar artistas cristianos, brindándoles herramientas para que puedan construir carreras sólidas y sustentables. No basta con lanzar un disco, hay que entender cómo funciona la industria, cómo administrar derechos de autor y cómo conectar con el público de manera efectiva.
Después de tantos años en la industria, ¿qué te motiva a seguir adelante?
Siempre digo que esto va más allá de la música, es un propósito. Mi deseo es que la música cristiana siga impactando vidas, que cada canción sea un instrumento de transformación. No se trata solo de llenar estadios o conseguir millones de reproducciones, sino de conectar con las personas en lo más profundo.
Cuando veo a jóvenes que encuentran esperanza a través de una canción o a un artista que ve cumplido su sueño de compartir su mensaje con el mundo, entiendo que todo este esfuerzo vale la pena. Y mientras haya personas que necesiten escuchar un mensaje de fe y esperanza, seguiré trabajando para que la música cristiana siga creciendo y llegando a más corazones.
Conclusión
Matías de Gyldenfeldt ha sido clave en la profesionalización y expansión de la música cristiana en Latinoamérica. Su liderazgo en MDG Music Group ha transformado la forma en que los artistas cristianos gestionan sus carreras, llevándolos a escenarios internacionales y plataformas digitales de primer nivel.
Con una visión clara y una estrategia bien definida, Gyldenfeldt sigue abriendo caminos para que la música cristiana siga creciendo. Y, como él mismo lo dice, esto no es solo un negocio, es un propósito de vida.
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Contacto
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